La movilización, considerada por los analistas como caótica y poco transparente, ha llevado a miles de rusos a abandonar el país por miedo a ser llamados a filas.
El presidente ruso Vladimir Putin anunció en un discurso televisado a la nación el 21 de septiembre, que firmó un decreto sobre la movilización parcial en la Federación Rusa debido al conflicto en Ucrania. El ministro de Defensa ruso, Shoigu, dijo que 300,000 personas serían llamadas a prestar servicio como parte de la medida.
Algunos hombres se apresuraron el jueves hacia las fronteras de su país, con un aumento del tráfico en los cruces fronterizos con Finlandia y Georgia y una abrupta subida de los precios de los billetes de avión desde Moscú. El ministro del Interior de Georgia, Vakhtang Gomelauri, dijo el 27 de septiembre que en los últimos días unos 10,000 rusos han cruzado la frontera con Georgia todos los días.
Estonia, Letonia, Lituania y Polonia comenzaron a rechazar a los rusos en los pasos en la medianoche del lunes, diciendo que no deberían viajar mientras su país esté en guerra con Ucrania. Mientras que la aerolínea nacional rusa, Aeroflot, dijo que reembolsará a las personas que no puedan volar como estaba previsto por haber recibido un llamado a filas.
Las escenas se repiten una y otra vez: personas caminando por carreteras, familias despidiéndose en oficinas de reclutamiento, sacerdotes ortodoxos bendicen a reclutas y atascos en los puestos fronterizos de #Rusia.
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